Desde Maradona hasta Pelé, pasando por Cantona y Vinnie Jones, son decenas los jugadores que han hecho sus pinitos en la gran pantalla
Evasión o victoria (1981), de John Huston, es, sin duda, la primera película que a muchos se les viene a la cabeza cuando relacionan fútbol y cine. Ambientada en plena segunda guerra mundial, la cinta está basada en el llamado partido de la muerte –del que hablamos en un artículo anterior–, y enfrenta a una selección alemana y a un grupo de prisioneros entre los que se encuentran Pelé, Bobby Moore, Osvaldo Ardiles, Paul van Himst, Kazimierz Deyna, Hallvar Thoresen, Mike Summerbee, Co Prins, Russell Osman, John Wark, Soren Lindsted y Kevin O’Callaghan, actores por un día. ¡Menuda selección!
Una película como esta es mejor verla que comentarla, pero sirvan estas líneas que le dedica Carlos Marañón en el libro Fútbol y Cine: «Es la mejor película de fútbol de la historia, el partido del siglo cinéfilo». El autor desgrana todos los entresijos de la obra en uno de los capítulos y apunta, entre otras cuestiones, que en el bando alemán también actuaron futbolistas profesionales como Robin Turner y Laurie Sivell. Sea como sea, este filme sirve para introducir a los jugadores que fueron actores ocasionales. Dedicamos entradas anteriores a los ases del Barça y del Real Madrid, y ha llegado el momento de hablar de los demás. ¡Hay más equipos en el mundo!
El fútbol español, presente
En aquellos artículos apenas se nombró al gran portero Ricardo Zamora, a pesar de que defendió las dos camisetas, la blanca y la azulgrana. Sin embargo, desarrolló la mayor parte de su carrera en el Espanyol y, en todo caso, se puso frente a las cámaras una vez retirado… salvo en Por fin se casa Zamora (1926), de Pepín Fernández. Con posterioridad, y ahora sí tras colgar los guantes, el cancerbero apareció en ¡Campeones! (1943), de Torrado. En esta cinta, por cierto, compartió rodaje con otras estrellas del balón, como Jacinto Quinconces (Real Madrid), Guillermo Gorostiza (Valencia), Ramón Polo (Celta) –que participó en otros filmes como El triunfo del amor (1943), de Blay, y Eloísa está debajo de un almendro (1943), de Gil– y Guillermo Eizaguirre (portero del Sevilla). Por último, tuvo una breve aparición en El puente de la paz (1956), de Rafael J. Salvia.
Más adelante, cuando el régimen franquista entendió que la unión de fútbol y cine era una buena arma propagandística, surgieron otras películas de este género, como Once pares de botas (1954), de Rovira Beleta, en la que aparte de las figuras del Barcelona y del Real Madrid como Ladislao Kubala y Alfredo Di Stéfano también participaron otras como Javier Marcet, Antonio Puchades, Vicente Seguí y Bernardino Pasieguito, del Valencia; el inigualable Telmo Zarra, Venancio y Agustín Gaínza, del Athletic; y Juan Antonio Ipiña, entre otros fenómenos de aquel momento.
Maradona tampoco falta
Pero la unión del fútbol y el cine en la gran pantalla no se dio solo en España. Un poco antes, Tucho Méndez (Racing) y Mario Boyé (Boca Juniors) acompañaron a Di Stéfano en la argentina Con los mismos colores (1949), de Torres Ríos, donde encarnan a tres amigos de barrio que se convierten en futbolistas profesionales, aunque en equipos distintos, máximos rivales, lo que pondrá a prueba su amistad.
Treinta años más adelante, otro argentino inolvidable como Diego Armando Maradona también hizo sus pinitos en la gran pantalla en ¡Qué linda es mi familia! (1980), de Palito Ortega; Te rompo el rating (1981), de Sofovich; y Los fierecillos se divierten (1983), de Carreras, sin olvidar su presencia en El día que Maradona conoció a Gardel (1986), de Pagliere, y en Tifosi (1999), de Parenti. Por no hablar de todas las películas, series y canciones que ha inspirado su carismática figura.
En tiempos más recientes, en pleno auge del márketing, es mucho más habitual la contratación de futbolistas en series y películas como reclamo publicitario. Así, por ejemplo, el exjugador del Valencia John Carew participó en Maléfica 2 (2019), de Joachim Ronning, mientras Kun Agüero y Cesc Fàbregas –aunque este se quedó fuera del montaje final– lo hicieron en Torrente 4: Lethal crisis (2011), de Santiago Segura, junto a Sergio Ramos, Gonzalo Higuaín y Álvaro Arbeloa, del Real Madrid.

Dos tipos duros
Pero antes de este apogeo, el cine también fue un buen refugio para dos tipos duros, con suertes dispares ante la cámara. Por un lado, el incomparable y polémico Eric Cantona, que ha formado parte del elenco de más de una decena de filmes. Como explica Marañón, su primer papel lo obtuvo en La alegría está en el campo (1995), de Chatiliez, estando todavía en activo, y dejó bastante que desear. No obstante, la vida le dio más oportunidades en Elizabeth (1998), de Kapur; en Mookie (1998), de Palud; en La fortuna de vivir (1999), de Becker; en La Grande vie! (2001), de Dajoux y, después, como protagonista en L’outremangeur (2003), de Binisti, en la comedia La vie est à nous!, de Krawczyk y en la serie Recursos inhumanos (2020).
El otro tipo duro –censurado incluso por crear un tutorial sobre cómo lesionar a los rivales– es Vinnie Jones, que descubrió un nuevo mundo de la mano de Guy Ritchie cuando tenía 33 años y el director le ofreció un papel en Lock, Stock and Two Smoking Barrels (1998). Parece que le gustó y que convenció en la industria, pues Dominic Sena lo incluyó en el reparto de 60 segundos (2000) junto a Angelina Jolie y Nicolas Cage. Repitió con ambos cineastas, en Snatch: cerdos y diamantes (2000) y en Operación Swordfish (2001), respectivamente, y ya lleva a sus espaldas medio centenar de filmes.

Larga lista de futbolistas en el cine
La lista de futbolistas-actores es cada vez más extensa y en ella no faltan David Ginola, en Mr. Firecul (2004, Carmen), Comfortably Numb (2004, Phelan) y The Last Drop (2005, Teague); Sam Collymore, en Instinto básico 2 (2006, Caton-Jones); Alan Shearer, en multitud de obras, como The Match (1999, Davis) y ¡Goool! (2005, Canon); Gary Lineker, presente en un par de cintas, entre ellas, Recién nacido y ya coronado (1993, Young); Matt Busby, en Cup Fever (1965, Bracknell); el icónico George Best, en películas como Football as never before (1970, Costard), Percy (1971, Thomas) y The Alf Garnett Saga (1972, Kellett); Franz Bekenbauer, antes de ser Franz Beckenbauer, en Die Spassvögel (1971, Papousek); Paul Breitner, en Masacre en Condor Pass (1976, Schamoni) y Kunyonga-Mord in Afrika (1986, Frank); Tamer Balci, en Tarzán contra Mau-Mau (1952, Atadeniz); Omar Sivori, en Idoli Controluce (1965, Battaglia); Paolo Rossi, en Lucignolo (1999, Ceccherini); Iván Zamorano, en Azul y blanco (2004, Araya); Henrik Larsson, en Selma & Johanna (1997, Magner); Zico, en Os tres palhaços e o menino (1982, Alencar) y L’allenatore del pallone (1984, Martino); y Ronaldo y Ronaldinho, en 3 Zéros (2002, Onteniente), entre otros muchos que dan para un libro.
Para cerrar el círculo, volvamos a Pelé, con quien iniciamos el repaso. Fue en su breve paso por EEUU, en el ocaso de su carrera, cuando rodó sus dos películas –aunque no únicas– más conocidas. A la citada Evasión o victoria hay que añadir Once más uno (1983), de Terrell Tannen. Lo que pocos saben es que, con anterioridad, ya había participado en O preço da vitória (1959), de Sampaio; y en O Rei Pelé (1962), de Christensen. Más adelante dejó su nombre en Pedro Mico (1985), de Pontes; Os trapalhoes e o rei do futebol (1986), de Manga; la comedia Hotshot (1987), en Hollywood, de King, en la que se convierte en el consejero de un jugador que no tiene nada que ver con él; y tuvo apariciones menores en Solidao, una linda história de amor (1989), de Di Mello; y Mike Bassett: England Manager (2001), de Barron. Una cartelera muy amplia para un futbolista, sin duda.
