‘Rivales’ y ‘Duelo de hermanos’ reconstruyen los hechos que llevaron a una empresa de zapatos a dividirse y a los Dassler, a odiarse para siempre
El 14 de junio de 1970, Edson Arantes do Nascimento, Pelé, dinamitó, sin saberlo, el último puente entre los creadores de las marcas Puma y Adidas, los hermanos Rudi y Adi Dassler. Tras años sin hablarse, compitiendo con muchas tretas por el control del mercado del calzado deportivo, ambos entendieron que era el momento de recapacitar y, a través de sus hijos, acordaron que ninguno patrocinaría a la estrella del fútbol brasileño, porque intuían que provocaría un efecto llamada muy costoso. Sin embargo, algo ocurrió, porque O Rei se calzó las botas de la firma felina en los últimos partidos del Mundial de México. Y los Dassler jamás se reconciliaron, al menos en público.
La peculiar historia de los Dassler, hijos de zapatero, la narran con detalle y delicadeza la miniserie (dos capítulos) Rivales (2016) y la película Duelo de hermanos: la historia de Adidas y Puma (2016), cada una con sus matices e interpretaciones, pero con el mismo mensaje. La serie presenta a Adi (Christian Friedel) como metódico, pensador, perfeccionista, con tintes de superdotado, muy mental, mientras que Rudi (Hanno Koffler) es todo lo contrario, ambicioso, impetuoso, sentimental, el hombre de los negocios. Un equilibrio perfecto, hasta que los pilares se tambalean a causa del dinero, los celos, el ego, el auge del nazismo y la muerte del padre. El filme también muestra esos distintos caracteres de Adolf (Ken Duken) y Rudolf (Torben Liebrecht) en su relación fraternal.
La presentación de Rivales puede llevar al espectador a posicionarse inicialmente con Adi (inventor, camaleónico —llega a fabricar armas para los nazis, aunque siempre negó que fuera uno de ellos—, inteligente hasta el punto de aprovechar el tirón de su apellido para elegir el nombre de Adidas dado que antes de la separación los hermanos explotaban la marca Dassler). Pero, sin duda, ese componente mental descubre que es tan ambicioso o más que Rudi, a quien pisotea cada vez que ve peligrar su liderazgo mundial. Delaciones, demandas cruzadas y unos sucesores crecidos en el capitalismo destruyen todo lazo familiar (con Pelé como invitado en 1970).
Duelo de hermanos, en cambio, termina la narración en el Mundial de 1954, que ganó Alemania con las botas de Adi, tras el rechazo de Rudi a proveer a la selección nacional cuando Puma estaba en su mejor momento. En todo caso, a pesar de que nunca más volvieron a relacionarse, los dos documentos dejan entrever un acercamiento final de los Dassler.
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