El representante de futbolistas cuenta en un libro el buen ojo que tiene y el poco caso que le hacen en el Barça
Cuando uno tiene el libro entre las manos, y lee semejante título, espera conocer los secretos jamás contados del universo futbolístico. No es exactamente así, aunque el autor cuenta curiosidades y anécdotas que muy poca gente conoce. Lo hace con relatos breves y ágiles, que le confieren a la obra un aire ocioso. Minguella Leaks (Libros Cúpula) es una suerte de memorias de Josep Maria Minguella, el representante de futbolistas con mejor ojo (según se desprende de sus palabras) y el menos comprendido, al menos, en el Barça.
Minguella ha hecho de todo en el Barça, el club de sus amores. Tanto siente sus colores que descartó representar al madridista Raúl González, y apenas ha tenido contacto con el Real Madrid para abordar fichaje alguno. En Barcelona ha sido jugador de los infantiles del Condal (otrora filial azulgrana); intérprete del entrenador Vic Buckingham; entrenador asistente con Rinus Michels; agente de jugadores; asesor de fichajes y candidato a la presidencia. Además, fue clave en las incorporaciones de, por ejemplo, Hristo Stoichkov y Diego Armando Maradona, y estuvo presente en la reunión en la que se ató a Leo Messi.
Incapaces de gestionar una salida traumática
Josep Maria Minguella las ha visto de todos los colores, y conoce el Barça como nadie. Por eso, tiene palabras (y en general son muy duras) para todos los presidentes que ha conocido, desde Agustí Montal hasta Josep Maria Bartomeu, pasando por Josep Lluís Núñez, Joan Gaspart, Joan Laporta y Sandro Rosell. De sus sabios recuerdos se deduce que el mal del Barcelona siempre ha sido el mismo: ha vivido épocas gloriosas, con tremendos jugadores, pero los exprime al máximo, mantiene el mismo bloque demasiados años y es incapaz de encontrarles relevos a tiempo. Así, los futbolistas se hacen fuertes, se endiosan, y no es raro que muchos de ellos salgan mal de la entidad.
El Barça tampoco sabe vender. A fin de cuentas, se debe centrar en fichar a los mejores, y no desprenderse de ellos, pero, a veces, hay que encontrar el equilibro. Un ejemplo de ello es el caso de Rivaldo, regalado al Milan cuando un año antes la Lazio ofrecía por él un dineral. No obstante, otro de los puntos débiles del club es la ineptitud que muestran sus dirigentes para gestionar los millones que deja la salida inesperada y traumática de un crack. Pasó con Luis Figo (con Gaspart, dilapidaron los 60 millones en jugadores caros y sin nivel para el Barcelona) y ocurrió con Neymar (con Bartomeu en la presidencia, 222 millones despilfarrados en Philippe Coutinho y Ousmane Dembélé). En ambos casos, trataron de buscar un parche de urgencia, pero no aprenden. Las prisas son malas consejeras, y el club mostró sus debilidades en el mercado.
Ojo clínico
Minguella Leaks también ayuda a ver cómo ha evolucionado el fútbol (el negocio, sobre todo) en las últimas décadas, y cómo el mercado se ha vuelto loco. Pero no deja de ser llamativo lo bien que queda Minguella (no deja de ser un autohomenaje) y lo mal que queda el Barça. Al agente no se le escapa una! Según cuenta, él tenía localizados a todos los jugadores que, años más tarde, se han convertido en estrellas mundiales. Desde Gianluigi Buffon hasta Kylian Mbappé, sin olvidar a Cristiano Ronaldo. ¡Es que no falla un pronóstico (ni Messi es tan efectivo)! Y nadie le hace caso… Ya retirado, el agente le cede el testigo a Junior, su hijo. El listón está alto.