Las chicas futbolistas en la Italia fascista

El libro 'Las futbolistas que desafiaron a Mussolini' junto al Duce y una jugadora / FOTOMONTAJE DE PdF

‘Las futbolistas que desafiaron a Mussolini’ novela la valentía de unas muchachas que quisieron jugar al balompié en un tiempo que no era el suyo

Justo ahora se empieza a normalizar que las mujeres jueguen al fútbol, un deporte con más de 150 años de historia. No obstante, son varias las muchachas que, en este largo tiempo y contra viento y marea, han querido practicarlo aunque estuviera mal visto. Unas de ellas son las protagonistas de Las futbolistas que desafiaron a Mussolini (Altamarea), de Federica Seneghini (con traducción de Estefanía Asins), que hicieron todo lo que estuvo en sus manos para formar un equipo, pero toparon con el fascismo de la Italia de la década de 1930. Pese a todo, las Boccalini, Zanetti, Del Pan y el resto de amigas que lo intentaron plantaron una semilla para el futuro.

El fútbol, aunque pueda sorprender a las nuevas generaciones, nunca estuvo socialmente considerado un deporte para mujeres. Se decía –porque así lo creían los poderosos o como argumento disuasorio– que deformaba el cuerpo de las muchachas y que, con los golpes que se daban, ponía en riesgo su «misión» en esta vida, que es la de tener hijos. Pero no hay nada más fuerte que la ilusión y el empeño, y a ellos se aferraron, allá por 1930, unas amigas milanesas para, poco a poco, ir formando un equipo con la intención de competir algún día. Lo explica muy bien Seneghini en su relato histórico novelado, de lectura ágil y capítulos cortos en los que cuenta, paso a paso, los obstáculos que hallaron en aquella Italia, y no solo deportivos.

Libro 'Dios, patria y muerte. El fútbol en la guerra de los Balcanes', de Diego Mariottini / PdFEl fútbol como instrumento para matar

La prohibición

Esas pioneras se cuestionaban el discurso oficial acerca del fútbol, y gracias a ello fueron dando pasitos hacia su objetivo. Por ejemplo, lograron que un médico desmontase, por escrito, el mito de lo malo que es el balompié para las mujeres. También se apoyaron en los periódicos de la época para darse a conocer y, aunque al principio nadie las tomaba en serio –eran como una atracción de circo–, fueron haciéndose un hueco en la prensa, gracias también al apoyo de algún periodista y de miembros de la federación –porque gente buena y abierta de miras la ha habido en todas las épocas–. Y, cuando, por vez primera, iba a disputarse un partido femenino entre equipos de distintas ciudades, tras meses de espera y entrenamientos… el régimen de Mussolini endureció sus normas y consideró que el fútbol jugado por chicas no le beneficiaba –aunque patrocinaba otros deportes para las mujeres, los considerados olímpicos, caso del atletismo, o el baloncesto–. En la práctica, lo prohibió.

Kubala y Di Stéfano en un momento de la película 'Saeta Rubia' / 'SAETA RUBIA'Kubala y Di Stéfano: fútbol, cine, política

Desde aquello, han tenido que pasar cerca de 100 años para que el fútbol se desprenda del género asociado y se aprecie que, por poco que sea, la sociedad ha cambiado. Alexia Putellas es el mayor ejemplo de este éxito compartido.

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