‘Las 50 mejores historias de superación en el fútbol’ repasa, en un breve formato, las dificultades de estrellas de la talla de Cuadrado y Modric para llegar a lo más alto
El título es algo pretencioso y muy subjetivo, pero Las 50 mejores historias de superación en el fútbol, escrito a 12 manos por los jóvenes periodistas de El Futbolín, es un libro ágil, ameno y repleto de sorprendentes pasajes sobre la otra cara del balompié. Y es que, aunque parezcan vivir en un mundo aparte, los futbolistas también sufren y lloran, y algunos de ellos arrastran vivencias difíciles de olvidar. Guerras, lesiones, muerte y miseria se esconden detrás de estrellas de la talla de Luka Modric y Ronaldinho.
Muchas de las historias de este recopilatorio tienen que ver con los orígenes de sus protagonistas o su niñez. La pobreza extrema afectó a jugadores como Alexis Sánchez y Chimy Ávila; la guerra, a Modric; la muerte violenta de sus padres, a Jakub Blaszczykowski y a Juan Cuadrado; y las deformidades a Garrincha y Franck Ribéry. Todos ellos encontraron en el fútbol un refugio y un motivo por el que salir a flote y sacar adelante a sus familias. Otros en cambio, se enfrentaron a los problemas siendo ya profesionales, como lesiones (Santi Cazorla, Ronaldo), cáncer (Yeray Álvarez, Arjen Robben, Miki Roqué, Jonás Gutiérrez, Eric Abidal), cuestiones de salud mental (Andrés Iniesta, Jesús Navas, Bojan Krkic), intentos de secuestro (Johan Cruyff), racismo (Mario Balotelli, Wilfred Agbonavbare), problemas coronarios (Rubén de la Red, Ángel Correa)… de todo, aunque la peor es la de Piermario Morosini, que a los 15 años perdió a su madre, después su hermano y su padre se quitaron la vida, y él falleció durante un partido, dejando sola a su hermana discapacitada. Un drama.
Seguro que la escritura de Las 50 mejores historias de superación en el fútbol es mejorable, pero, a fin de cuentas, hay que aplaudir la valentía y las ganas de los jóvenes que se esconden tras el proyecto de El Futbolín, que tienen toda la carrera por delante. El libro, además, se lee rápido, con episodios de una o dos páginas que lo convierten en el mejor compañero para viajar en transporte público o para repasar antes de ir a dormir.