El lenguaje es capaz de unir dos conceptos tan opuestos como el fumar y el hacer ejercicio
Resulta curioso que el acto de fumar (insano) y el de jugar al balompié (saludable), tan opuestos, tengan tanto en común. Al menos, en lo que al vocabulario se refiere. Por ello, permitirán que afirmemos que el fútbol es un deporte puro, y no lo decimos porque algunos partidos sean infumables, que también.
Por ejemplo, la vitola es la «anilla de los cigarros puros», según el diccionario de la RAE, y también se llama así a «cada uno de los diferentes modelos de cigarro puro según su longitud, grosor y configuración». Sin embargo, algunos futbolistas o equipos tienen o llegan a algún sitio con la vitola de campeón, que correspondería a la siguiente acepción del término: «traza o facha de una persona».
Bandas y caños
Asimismo, los puros se dividen en tres tercios: pie (donde está la parte que se enciende, la boquilla), cuerpo (la zona central) y cabeza (por donde se consume), igual que los futbolistas, aunque no se usan exactamente para lo mismo en el fumar y en el arte del balompié. El cuerpo, por cierto, también se conoce como tallo, cañón… o caño, que en lenguaje futbolero tiene su significado: pasar el balón por entre las piernas de un contrario.
De igual modo, estos cigarros puros tienen banda, aunque su función (rodear, sujetar y comprimir el relleno del puro, la tripa) en nada se parece al significado que reciben los lados más largos de los campos de fútbol.