Del extranjerismo al calco pasando por el préstamo lingüístico
El origen del fútbol se encuentra en la Inglaterra de mediados del siglo XIX. Y no se rompieron mucho la cabeza los ingleses para ponerle nombre a ese juego de pelota. Foot-ball significa, literalmente, pie-balón.
Poco después, a finales de siglo, el fútbol llegó a España y mantuvo la denominación inglesa, foot-ball. Así lo recogía la prensa de la época, y así se denominaban los primeros clubes del país.
Un préstamo lingüístico
Es decir, el foot-ball llegó a España como extranjerismo y, con los años, dejó paso al fútbol tal y como lo escribimos y pronunciamos hoy; por lo tanto, el extranjerismo derivó en un préstamo lingüístico, que consiste en adaptar a las normas y reglas de un idioma las palabras de otra lengua.
Sin embargo, el diccionario no incluyó la forma española futbol (sin acento) hasta 1936, después de varios años en los que la prensa ya la estaba usando. ¡Y en qué momento! Porque llegó la Guerra Civil y se acabó el fútbol. Bueno, se acabó todo. La forma fútbol (con acento) está presente desde 1956.
Un calco
En paralelo a fútbol comenzó a utilizarse el término balompié, que es un calco del inglés foot-ball; es decir, una traducción a lo bruto.
El término balompié se usa desde principios del siglo XX, ya que el Sevilla Balompié, futuro Real Betis Balompié, se fundó en 1907. Pero la palabra no ha tenido mucho éxito. ¡Hasta el punto de que el diccionario no la aceptó hasta 1970!