El once ideal de Axel Torres

'11 ciudades', libro de Axel Torres / PdF

El periodista recorre ‘11 ciudades’ a través del fútbol, y desvela sus manías y de dónde le procede su pasión por el balompié

Axel Torres es una de las voces del fútbol en España. Sin lugar a dudas, es uno de los periodistas deportivos más peculiares, pero no es menos cierto que sus análisis y reflexiones son de los más buscados en la profesión. ¿De qué equipo es? Del CE Sabadell. De eso no hay duda. No obstante, su once ideal es un pelín curioso, y lo plasmó en un libro en 2013: 11 ciudades. Viajes de un periodista deportivo (Ed. Contra). En él, repasa su trayectoria a través de los desplazamientos futboleros que le han marcado. Y narra anécdotas muy personales de su vida privada. Axel en estado puro.

El mundo de Axel Torres es distinto de inicio a fin. Solo a alguien que piensa diferente a la mayoría se le ocurriría interesarse, desde Europa, en ligas y campeonatos de otros continentes; en equipos y jugadores muchas veces desconocidos en sus países. Pero hace falta gente así, personas que se abran un hueco desde la novedad y aporten visiones más amplias de la realidad. Sin pioneros y visionarios seguiríamos viviendo en las cavernas. Además, Axel Torres es un apasionado de lo que hace; disfruta viviéndolo, disfruta contándolo y contagia el disfrute al lector.

La guía de viajes de Axel Torres

En 11 ciudades. Viajes de un periodista deportivo, Axel Torres comparte que se aficionó al fútbol gracias a Oliver y Benji (no por el balompié en sí, sino porque le gustaban los dibujos animados), y que su primera toma de contacto con este deporte fue el Mundial de Italia 90. Pero, batallitas al margen, anota los lugares en los que más ha crecido como periodista y como persona. Se trata de Sabadell (su ciudad), Londres, Sevilla, Lisboa (su primera Eurocopa), Medvode, Múnich, Swansea, Viena, Asunción, Tokio y Eibar (donde, el día de la final de la Champions del 2011 entre Barcelona y Manchester United, el CE Sabadell regresó a la élite). La sensación es que siempre ha caído de pie, pero lo ha luchado.

El relato de Axel Torres es fascinante. Más allá de sus anécdotas (algunas merecen una doble lectura), el libro se convierte en una especie de guía de viajes alternativa. Transporta al lector a cada una de las ciudades (entendidas no como enclaves turísticos, sino como lugares donde hay vida) ofreciendo una fotografía casi exacta de lo que hay. De hecho, es imprescindible acompañar la lectura de Google Street View, para situarse mejor en cada una de las localizaciones que describe el intrépido periodista y comprobar que es como uno se había imaginado solo con las palabras.

Las expresiones de Axel Torres

El simple hecho de viajar por el fútbol, buscar de dónde es tal o cual equipo y conocer su idiosincrasia es una fuente de sabiduría. Lo sabe bien el autor, que aprobaba las clases de Geografía sin estudiar. En efecto, el fútbol es cultura. Pero, además, Axel Torres es de ese tipo de personas que pueden ir con un equipo y con el contrario a la vez (salvo si está el Sabadell por medio), una circunstancia que a muchos cuesta entender en un mundo tan pasional como es el balompédico; este periodista se emociona con el buen juego de las grandes estrellas, pero también empatiza y simpatiza con los clubes pequeños y sus gentes, y siempre está dispuesto a celebrar un resultado sorpresa, histórico.

Dicho esto, también hay que darle un tirón de orejas a Axel Torres, porque utiliza algunas expresiones incorrectas que no debería permitirse un profesional de su talla y que ya hemos visto en Palabras de fútbol. Por ejemplo, emplea «pírrico» como sinónimo de victoria por la mínima (el triunfo de Alemania ante Argentina en la final del Mundial de 1990, sin ir más lejos) cuando, en realidad, la victoria pírrica es aquella en la que el vencedor obtiene el triunfo a costa de grandes pérdidas y sin que le sirva para nada. También escribe «bajo palos», cuando lo correcto sería «bajo el larguero”» o «entre los tres palos». Y «campeón vigente», cuando lo adecuado es «campeón actual». Por último, dice que una vez «jugó a golf», y que unos futbolistas «jugaban a fútbol», cuando tenía que decir que él «jugó al golf» y los chicos «jugaban al fútbol». Nada que no se pueda corregir.

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