Expresiones mal utilizadas en el lenguaje futbolístico

Pirro llega a Italia con sus tropas

¿Qué es una victoria pírrica? ¿Y un equipo ‘físico’?

El lingüista y director de la Real Academia Fernando Lázaro Carreter (Zaragoza, 1923-Madrid, 2004) fue uno de los profesores más prestigiosos de España y Latinoamérica, y el autor y promotor de una renovación profunda del método de enseñanza del español. Durante años, lanzó dardos a quienes empleaban mal el lenguaje en los medios de comunicación, y a través de sus columnas en los periódicos trataba de corregirlos. Esos textos los agrupó un día en dos libros: El dardo en la palabra y El nuevo dardo en la palabra. En este artículo recogemos algunos de los dardos que hacen referencia al ámbito futbolístico, pero también otras incorrecciones de cosecha propia. Alguna de ellas, a fuerza de repetirla, se ha colado en el diccionario académico, casos de utillero (utilero era la única voz aceptada hasta hace poco) y rechace (por rechazo). Pero son muchas las que no.

A pie de césped. Lo correcto es «en el césped» o «desde el césped».

Bajo palos. La portería tiene tres palos, pero solo uno, el larguero (en singular), se encuentra por encima de las cabezas de los jugadores. Por lo tanto, es incorrecta esta manida expresión. De este modo, hay que utilizar las opciones que ofrece el español, como «sacar la pelota sobre la línea de gol», «bajo el larguero», y «entre los tres palos».

Desequilibrante. Dicho del jugador que ¿hacer perder el equilibrio? del rival. De acuerdo, ello ocurre a veces, cuando el defensor va por los suelos, mareado por los regates del atacante, pero no es lo habitual. Mejor emplear desbordante.

Dinámica. A menudo, esta expresión (la dinámica del partido), sustituye los términos desarrollo o ritmo, más adecuados.

Entrenar. Lázaro Carreter constató que, poco a poco, se estaba eliminando la «útil oposición entre entrenarse (pronominal) y entrenar (transitivo), que permitía distinguir, con perfecta funcionalidad idiomática, la acción que realiza el deportista cuando se adiestra y se prepara para competir (entrenarse), y la que ejecuta quien lo adiestra y prepara (entrenar), esto sí, el entrenador». La RAE lo deja bien claro: entrenar es «preparar o adiestrar personas o animales, especialmente para la práctica de un deporte». Sin embargo, la Fundéu sugiere que tanto entrenar como entrenarse son válidas cuando se refieran a la persona o equipo que se ejercita.

Envergadura. La definición del diccionario no deja dudas: «Distancia de los brazos humanos completamente extendidos en cruz». Sin embargo, se ha extendido el uso erróneo de envergadura para referirse a la altura de un futbolista.

Equipo físico. Lo correcto es hablar de equipo de futbolistas fuertes, corpulentos.

Finalizar. Protestaba Lázaro Carreter porque los locutores deportivos habían impuesto «la dictadura» de «finalizar» (un partido, una jugada) y habían aniquilado los verbos «acabar», «terminar», «concluir» y «dar fin», entre otros. ¡Vivan los sinónimos!

[Consulte aquí una lista de sinónimos del lenguaje futbolístico]

Hacer aguas. Cuidado con esta expresión. Para referirse a síntomas de debilidad o fracaso lo adecuado es el empleo de hacer agua. Hacer aguas, en plural, significa orinar. A pesar de todo, el Diccionario panhispánico de dudas la admite como equivalente, pero es mejor evitarla.

Ingresar en el campo. Lo correcto es salir (si los jugadores salen de donde están) o entrar (si el campo se ve como un recinto en que se entra).

Marca (irse de la). Una marca es una señal; el futbolista se va de su marcador.

Marcar la diferencia. «Galicismo expulsor de que «la establece» (la diferencia)».

Pressing. Nunca entendió el lingüista la introducción de este vocablo cuando en español existen palabras como presión o acoso.

‘El dardo en la palabra’ y ‘El nuevo dardo en la palabra’, de Fernando Lázaro Carreter / PDF

Sensaciones. ¿Buenas sensaciones o buenas vibraciones?

Señalizar una falta. Señalizar es colocar una señal; las faltas se señalan.

Sobre. El lingüista criticaba también el «arrasamiento» de las preposiciones y la implantación de «sobre». Ponía estos ejemplos: «»El árbitro pita falta sobre Gutiérrez» (es a Gutiérrez a quien se la han pitado); «Bertoni pasa sobre Rossi» (y no es que haya pasado el balón hacia la zona en que está Rossi: se lo ha dejado en la misma punta de la bota); «Camacho comete falta sobre Rummenigge» (no es obsceno lo que esto significa; simplemente, le ha puesto una zancadilla); «Maradona dispara sobre puerta» (no crean que la pelota pasa por encima: el áureo muchacho ha disparado raso y perverso contra la puerta)».

Stage. En español existen palabras como estada, estancia, estadía o concentración para definir lo mismo: etapa de preparación de un deportista o equipo, especialmente en verano y lejos de su lugar de entrenamiento habitual, previa a su participación en una competición.

Vigente campeón. Vigente es, dicho de una ley, ordenanza, estilo o costumbre, que está en vigor y observancia. Por lo tanto, lo adecuado es utilizar «actual» (campeón) en su lugar.

Victoria pírrica. El uso de esta expresión está muy ligado a los triunfos por la mínima. Pero, en realidad, una victoria pírrica es aquella en la que el vencedor obtiene el triunfo a costa de grandes pérdidas y sin que le sirva para nada. Así ganó Pirro en la batalla de Heraclea —ciudad griega en la península itálica— a los romanos, aunque Roma terminó ocupando el sur de Italia. Corrió mucha sangre para nada.

*En la imagen que ilustra este artículo aparece Pirro con sus tropas a su llegada a Italia. El dibujo es de John Leech para la publicación The Comic History of Rome, de Gilbert Abbott A Beckett.

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