Los arqueros crecen medio centímetro en ocho años
Los clubes de fútbol buscan cada vez porteros más altos para sus equipos. De ahí que, la de cancerbero, sea la única posición del campo cuyos jugadores registran un aumento de estatura en los últimos años, un fenómeno documentado por estudios como los del CIES Football Observatory.
En detalle, los guardametas de los conjuntos europeos crecieron algo más de medio centímetro entre el 2009 y el 2016, pasando de 188,5 centímetros a 189,1 centímetros, según los datos de CIES Football Observartory. El informe incluye datos de 3.762 arqueros de las mejores 31 ligas asociadas a la UEFA.
Si observamos el panorama actual (2024), esa media se ha consolidado justo por debajo o en torno a los 190 centímetros en la élite. Este dato responde a la necesidad de cubrir más portería en los remates y, sobre todo, a dominar el juego aéreo en saques de esquina y centros laterales.
Los cancerberos españoles son más bajos
Parece lógico que los porteros altos tienen más opciones de llegar a más balones. Sin embargo, en España, cuyo fútbol dominó el mundo con la selección (Iker Casillas mide 182 centímetros) y lo sigue haciendo en Europa en el ámbito de clubes, los cancerberos miden menos que la media europea.
Según el mismo estudio de 2016, los cancerberos españoles eran más bajos, midiendo 186,8 centímetros, dos centímetros por debajo de la media europea. Solo en Francia e Israel la altura de los guardavallas era inferior en aquel momento.
Casillas, Valdés, Navas, Ter Stegen
Esta disparidad es notable si analizamos a los campeones de la época. En esta línea, los equipos españoles —Barça y Real Madrid— ganaron cinco de las ocho ediciones de la Champions League comprendidas en el estudio, pero ninguno de los porteros campeones alcanzó ni siquiera los 188 centímetros.
Jugadores como Víctor Valdés (183 centímetros), Iker Casillas (182 centímetros), Marc-André ter Stegen (187 centímetros) y Keylor Navas (183 centímetros) se situaron por debajo de esa marca, demostrando que la falta de centímetros se puede compensar con agilidad, explosividad, excelente colocación y un manejo superior del área pequeña.
La excepción que confirma la regla
A pesar del éxito de los porteros españoles más bajos, la necesidad de estatura sigue de actualidad, especialmente en el contexto de competiciones donde el físico es un factor clave.
Es justo recordar, no obstante, que los porteros del Atlético y del Sevilla, ganadores de la Europa League en 2010 y 2012, los primeros, y 2014, 2015 y 2016, los segundos, superaban los 190 centímetros.
Solo Beto (181 centímetros), en la primera copa del equipo andaluz, rompe la estadística.
En la élite actual, nombres como Thibaut Courtois (199 centímetros) o Gianluigi Donnarumma (196 centímetros) confirman que la estatura es un activo cada vez más valorado, siendo considerados arquetipos del portero moderno por su capacidad para dominar toda su portería.
¿Hasta dónde crecerán?
¿Hasta dónde crecerán? La pregunta sigue en el aire. La ciencia deportiva ha demostrado que un exceso de altura puede mermar la agilidad y la velocidad de reacción en movimientos rasos, lo que obliga a los entrenadores a buscar un equilibrio perfecto.
Hoy, la altura ideal en la élite se sitúa firmemente por encima de los 188 centímetros, acercándose a los 1,90 metros. Sin embargo, la fórmula del éxito no está solo en la estatura, sino en la combinación de altura adecuada, excelente juego de pies y una toma de decisiones superior. La altura es importante, pero jamás sustituirá a la técnica ni a la inteligencia táctica.
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