«De este agua no beberé», el error gramatical que arraigó en la lengua… ¿por un tropiezo del Barça?

Fuente de agua / PAPAZACHARIASA - PIXABAY

El equipo azulgrana perdió de forma inesperada la final de la Copa de Europa de 1986, en Sevilla, contra el Steaua rumano

La lengua evoluciona, pero eso no justifica que cada vez se hable peor. Hoy se lee menos (o textos de menor calidad y riqueza lingüísticas), son muchos los que prestan poca atención a la escritura por mensajería instantánea, y se percibe una falta de interés en el aprendizaje y buen uso del idioma. De lo contrario, no habrían arraigado expresiones incorrectas gramaticalmente como «de este agua no beberé». Una formulación, por cierto, cuya expansión atribuyen algunas voces a la sonada derrota del Barça en la final de la Copa de Europa de 1986, en Sevilla, contra el Steaua de Bucarest.

El Barça de Terry Venables, aquel entrenador –y exjugador– que compaginaba su trabajo futbolero con sus pinitos en el mundo de la literatura, lo tenía todo a favor para reinar por primera vez en Europa: mejor plantilla que el rival, trayectoria más distinguida, final jugada en España… pero fue incapaz de meterle un solo gol al Steaua. La final se fue a los penaltis y los rumanos se alzaron con el trofeo –tampoco desde los 11 metros anotaron los azulgranas–. Un drama. Y una oportunidad para que el ingenio español saliera a relucir. Así se popularizó el juego de palabras «de Steaua no beberé».

La confusión

No son pocos quienes opinan que aquella chanza tan repetida provocó un socavón en la lengua española, pues es recurrente el error «de este agua no beberé». Hay un fallo de concordancia. Y, aunque seguro que ese chiste tuvo parte de culpa, es mucho presuponer que las dudas en la población las causó únicamente este episodio balompédico. Pero ¿por qué es incorrecta esta expresión? O, mejor dicho, ¿por qué está mal formulada?

La Real Academia Española recuerda que lo correcto es «esta agua» (y «esa agua», y «aquella agua»), por ser agua un nombre femenino. Es cierto que empieza por a tónica y, por razones de fonética histórica, esta y otras palabras en la misma situación (aula, arma, hacha, área), que también provocan dudas y resbalones, seleccionan en singular la forma masculina del artículo, el (el agua, el arma, el hacha, el área), en lugar del femenino, la. Pero esa condición solo se da cuando el artículo antecede inmediatamente al sustantivo; de lo contrario, se pierde (la cristalina agua, la dañina arma, la afilada hacha, la pequeña área).

Significado de la expresión

Por lo que respecta al refrán «No digas nunca “de esta agua no beberé”», significa que, por más que algo te repugne o te eche para atrás, es imposible afirmar con rotundidad que jamás lo probarás o realizarás, pues las circunstancias y los gustos pueden variar durante la vida. Por cierto, esta paremia ya la referenciaba el Diálogo de la lengua (Juan de Valdés, 1535): «Ninguno no diga, de esta agua no beberé»; y aparece también en la segunda parte de El Quijote (Miguel de Cervantes, 1615): «Nadie diga “desta agua no beberé”».

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