Patrick O’Connell, el entrenador que introdujo la palabra ‘míster’ en el argot futbolero en España

Míster Patrick O'Connell y el libro que lo saca del olvido, 'L'home que va salvar el FC Barcelona'

El hombre que hizo campeón de la Liga al Betis y salvó al Barça de la ruina sale del olvido gracias a un libro que incluye cartas y otros detalles personales

Patrick O’Connell (Irlanda, 1887-Reino Unido, 1959) dejó huella en el fútbol español, aunque, como tantos otros personajes relevantes en la historia del país, cerca estuvo de caer en el olvido. Incluso, arruinado, fue enterrado sin lápida. Pero sus familiares y numerosos aficionados ingleses e irlandeses se están encargando de restituir su figura, ciertamente controvertida en el ámbito familiar, hasta el punto de que, en 2017, entregaron un busto de Don Patricio al Betis, equipo que llevó a ganar la Liga 1934-35, la única que luce en las vitrinas verdiblancas.

Nacido en Dublín, con cierto aire nacionalista, pero con las ideas claras y los valores intactos, O’Connell se convirtió en todo un referente futbolero de la época que le tocó vivir. Y  tras jugar en distintos equipos ingleses (incluido el Manchester United, que capitaneó en tiempos de la primera guerra mundial), uno irlandés, otro escocés, y en la selección de Irlanda, dio el paso natural a los banquillos y desarrolló la práctica totalidad de su carrera en los estadios de España, lejos de su familia. Era metódico, estudioso e innovador.

Balón de fútbol sobre la bandera de Inglaterra / PIXABAYLa influencia del inglés en el fútbol

Arruinado

Alejado de su primera esposa, Ellen, su amor de juventud y, al parecer, de carácter difícil, y de sus cuatro hijos en común, de los que solo volvió a ver a uno de ellos, muchos años después, en Sevilla, se puso a los mandos del Racing de Santander, que clasificó para la primera edición de la Liga (1929); siguió en el Oviedo; pasó al Betis, con el mencionado éxito; continuó en el Barça, al que guió por la gira mexicana y estadounidense en plena Guerra Civil –allí se erigió en portavoz de la causa republicana–, y cuyos ingresos aseguraron la viabilidad del club –él incluso se rebajó el salario de forma sustancial–; regresó al banquillo verdiblanco en dos etapas, estuvo también en el Sevilla –su ciudad favorita en el país– y terminó sus días como profesional en el Racing, donde empezó todo. Después, arruinado, voló a Londres para vivir con su hermano Larry, y aún quiso tener una última oportunidad en los banquillos españoles. No llegó.

Hasta aquí su sobresaliente trayectoria profesional. O’Connell era un erudito del fútbol. Y marcó un antes y un después en España. Él lo sabía y hasta lo dejó por escrito en alguna de sus cartas recogidas en L’home que va salvar el FC Barcelona. La fascinant història de Patrick O’Connell (Ed. Base), una de tantas iniciativas que hacen por sacarlo del olvido. Tal fue su impacto en el deporte nacional, y en una época tan convulsa, que incluso se le atribuye a él el enriquecimiento del argot futbolero castellano, pues se dice que es por él que míster, ese tratamiento inglés que se da a los caballeros, es hoy sinónimo de entrenador. No es que Don Patricio fuese el primer míster de España, pues esa palabra ya se utilizaba con anterioridad –al fin y al cabo, los ingleses importaron el balompié–, pero puede que gracias a él se popularizara.

‘Míster’, en el diccionario desde 2001

Así lo recoge su obituario, publicado en Vida Deportiva en 1959: «Las historias explicadas por futbolistas ahora retirados de la práctica deportiva indican que Patrick O’Connell incluso tuvo influencia en la lengua española. Como bien deben saber nuestros lectores, los entrenadores de fútbol de este país son conocidos como ‘el Míster’. Eso surgió en honor a Míster Patrick O’Connell, tan grande ha sido su influencia en el fútbol español». Sea como sea, si bien es cierto que la palabra míster lleva décadas en el lenguaje español, también lo es que el diccionario no la incluyó con el significado de «entrenador deportivo, especialmente de fútbol» hasta 2001.

Más allá del fútbol, su vida fue realmente fascinante, pero la brillantez deportiva contrasta con el desastre de la faceta familiar. Tampoco terminó sus días al lado de su segunda esposa, Ellie, seguramente la mujer de su vida, la que le hizo olvidarse de otras damas, y también a la que le ocultó que tenía esposa y cuatro hijos cuando se conocieron, aunque pasaba de ellos… Genio y figura. Y siempre con su sombrero.

Portada del libro 'El árbol del Barça', de Gerard Mateo / FOTOMONTAJE DE PdF

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